10 de diciembre 2023 - Ex Ante.
El gerente de Asuntos Públicos de Imaginaccion piensa que el apoyo de Boric (“yo no juzgo a la gente por sus relaciones familiares”) a Miguel Crispi, por la eventual responsabilidad de su tía, revela que “en el Frente Amplio hay algunas personas más iguales que otras”: “¿Cómo alguien cuestionado hace meses sigue en el cargo de jefe de asesores presidencial?”. En esta entrevista, analiza también el panorama del plebiscito. “Si gana el A Favor, este Gobierno se termina”, dice.
-Los escándalos parecen no hacer mella en el núcleo duro de apoyo al Presidente Boric, que se mantiene alrededor del 30%. ¿La defensa a Crispi y su declaración “no juzgo relaciones familiares”, le puede abrir flancos más aún cuando antes dijo “no contrataremos parientes”?
-Lo de Miguel Crispi es inentendible: ¿cómo una persona que viene siendo cuestionada hace meses sigue en el cargo de jefe de asesores presidencial? El presidente no logra sacarse de encima una crisis, ni sacarla de La Moneda cuando tiene a uno de los principales causantes de esta a pocos pasos de su oficina. Puedo entender que a él le cuesta despegarse de sus cercanos, le sucedió con Giorgio Jackson, pero seguir este desangramiento permanente resulta autoflagelante. El Gobierno completo ha pagado los costos de gente que no tiene un mínimo de decoro o lealtad con los propios; eso está ocurriendo en Revolución Democrática.
-En cierto sentido, ¿hay una defensa a la familia frenteamplista y cierta liviandad al aceptar las irregularidades en el aparato público o en fundaciones?
-El presidente en sus casi dos años de gestión ha dejado algo en claro: protege a los suyos, por ahí va inicialmente esta situación. También debe ser complejo para Gabriel Boric como joven dirigente político entender que todo lo que diseñó se derrumbó.
A su vez, en el Frente Amplio está claro que existen unas personas más iguales que otras. Las elites de ciertos partidos como RD o Convergencia Social son más iguales que los de Comunes, por ejemplo. Adentro hay clasismo, y es notorio. El trato hacia Crispi no es el mismo que tuvo Karina Oliva, por ejemplo.
-Respecto al plebicisto del 17-12, ¿cuál propuesta garantiza mejor un cierre del tema constitucional y da mayor garantía de estabilidad al país?
-Ninguna de las dos opciones garantiza que el proceso finalmente concluirá. Si gana el En Contra es evidente que quedaremos con un sentimiento inconcluso, aunque la idea de cambiar la Constitución será muy menor, incluso podemos decir marginal.
La ciudadanía en una mayoría comprendió que una nueva Constitución no le arregla los problemas inmediatos, y ahí radica la gran debilidad de reflotar el tema. Seguramente, si se rechaza la propuesta, existirán voces que apelen a cambiar algunos aspectos del Sistema Político, y enhorabuena que aquello ocurra, porque parte importante de los problemas nuestros radican ahí. Por otro lado, si gana el A Favor, desde las izquierdas buscarán cambiar algunos aspectos.
-Las últimas encuestas dieron una ventaja considerable al En Contra. ¿Es posible que haya un vuelco?
-La mayoría de las encuestas proyectan una victoria del En Contra, es cierto, pero hemos obviado la cantidad de personas que dicen no saber o no contestan sobre cuál alternativa tomar, lo que denominamos indecisos. Si uno ve estos estudios, puede ver que en no pocos este segmento pone en peligro la alternativa de rechazar el texto propuesto.
Por otro lado, el tema seguridad y orden público, que no ha dejado la agenda hace meses, se ha intensificado, lo que ayuda a fortalecer el A Favor.
La gran fortaleza del En Contra radica en este sentimiento antiestablishment que existe hoy, y que todo lo que huela a política genera animadversión. También su fortaleza está en que desde un inicio marcó bastante bien en las encuestas, pero su mayor peligro es que se encuentra estancado, mientras que su contrincante ha logrado empinarse, aunque sin la fuerza requerida.
-¿Piensas que será una resultado estrecho?
-Aún queda margen para remontar, a pesar de los pocos días que faltan, gracias a los indecisos. Las victorias de ambas alternativas serán estrechas, con un margen mayor para el En Contra, aunque no mayor a 5 puntos. Todos los escenarios son inmensamente polarizantes, lo que por cierto a la larga es peligroso.
-La experta Natalia González (ind. UDI) dice que si se rechaza esta propuesta, van a volver los impulsos refundacionales. ¿Estás de acuerdo?
-Las ideas refundacionales serán marginales. Estas pulsiones quedarán en sectores cuyo motor programático ha sido ese, como el Partido Comunista. La gente está cansada, y si la elite no entiende que el fracaso de un nuevo proceso es situarnos al borde de un “que se vayan todos”, sería la confirmación de que muchos políticos se están mirando el ombligo en exceso.
-¿Es creíble la promesa de la izquierda que dice que se acaba la discusión constitucional si gana el En contra?
-El socialismo democrático entiende que no es sano para el Gobierno de Boric continuar tocando esa tecla porque necesitan mostrarle algo a la ciudadanía el 2025. Por lo tanto, es una izquierda pragmática, propia del oficio de saber gobernar. Existirá otra izquierda que reconociendo las debilidades y amenazas de insistir, lo harán igual, porque si no, abandonan su nicho electoral. En este sector estará el Frente Amplio. Y por último un tercer grupo, donde está el Partido Comunista y otras derivadas, que incluso pueden denominarse como outsiders, que tienen un convencimiento: deben cambiar las normas.
-La opción de la izquierda por defender una Constitución cuyo origen está en Pinochet y Jaime Guzmán y que antes denostaban, ¿no convence a la población?
-Es la gran flaqueza del argumento para las izquierdas, y es la gran derrota para toda una generación. Es una debilidad porque es en esencia contradictorio que desde el retorno a la democracia un grupo cada vez mayor en las izquierdas busquen cambiar la Constitución, y hoy cuando existe la chance, voten en contra.
Podrán decir que no es nuestra propuesta programática, es cierto, pero cuando tuvieron mayorías lo hicieron pésimo. Por otro lado es una derrota, porque desde el 2019 las nuevas generaciones del Frente Amplio y PC instalaron de forma exitosa la idea de cambios radicales, eso finalmente los llevó a La Moneda. No obstante, gatillado por diferentes variables se quedaron sin ese objetivo. Es así que cual sea el resultado del 17 de diciembre el Gobierno no podrá celebrar, más bien podría aliviarse si se rechaza la propuesta, porque si gana el A Favor este Gobierno se termina.
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