29 de agosto 2024 - Ellibero.cl
El ex ministro, consultor y lobista abordó la prisión preventiva decretada contra Luis Hermosilla. A su juicio, «hay harta bronca en Chile por la imagen del poderoso» y afirmó que este caso «reúne la idea de tráfico de influencias en donde se combina su negocio con la política de un modo que distorsiona los poderes». Sobre el quinto aniversario del 18 de octubre, Correa advirtió que «si hubiera un estallido ahora, sería por temas de seguridad y probablemente con un signo político contrario».
Este martes, en la quinta jornada de audiencia, el 4° Juzgado de Garantía de Santiago fijó la cautelar de prisión preventiva para la abogada María Leonarda Villalobos y el penalista Luis Hermosilla por el denominado caso Audio.
La resolución causó gran polémica y reacciones incluso del Presidente Gabriel Boric. Este fue uno de los temas que abordó el ex ministro, consultor, lobista y director de Imaginacción, Enrique Correa, en el primer capítulo de la segunda temporada de ContraCara. Además, se refirió a los cinco años post 18-O, los aprendizajes obtenidos y la crisis de seguridad, entre otros temas.
«Cuando un poderoso aparece en dificultades se produce la sensación de que los ricos también lloran»
Frente a la reacción que se generó en la opinión pública tras la prisión preventiva decretada contra el abogado Luis Hermosilla, Correa aseguró que «hay harta bronca en Chile por la imagen del poderoso». A su juicio, «la gente tiene la percepción de que en algún lado hay gente que tiene un acceso privilegiado a estos bienes públicos de calidad que ellos no tienen. Y por tanto, cuando un poderoso aparece en dificultades, se tiende a producir la sensación de que los ricos también lloran«.
Sobre el caso de Luis Hermosilla, en particular, el ex ministro sostuvo que «reúne la idea de tráfico de influencias, vale decir, la construcción de un tipo de influencia en donde se combina su trabajo profesional, su negocio, con la política. De un modo que deforma la política, que distorsiona los poderes».
Y en cuanto a las declaraciones del Presidente Boric, quien afirmó que «es bueno que los que se creían poderosos vayan también a la cárcel», Correa sostuvo que «probablemente lo hizo buscando interpretar un sentimiento de la gente». Sin embargo, añadió: «Nosotros, en el gobierno en el que yo participé, de Aylwin, teníamos la costumbre de no comentar los fallos judiciales, pero las costumbres cambian».
«Si hubiera un estallido ahora sería por temas de seguridad«
En octubre se cumplen cinco años del 18-O, por lo que el consultor y ex ministro hizo un análisis de las causas, los aprendizajes y el manejo de dicha crisis.
A su juicio, el estallido tuvo «dos caras»: «una sociedad de clase media que se retrató con sus carencias de cuerpo entero» y «la mayor violencia de la que tenemos memoria». Y añadió que «Chile se salvó de una crisis sistémica debido a una política económica responsable».
«La gente siente que no sacó mucho con el estallido», analizó Correa. «Sacó la idea de un acuerdo con una nueva Constitución, eligió una Convención y fue peor el remedio que la enfermedad», agregó. «La Convención terminó de convencer a la gente que ese no era el camino. Yo creo que sienten una frustración muy grande», dijo.
Sobre el momento actual, afirmó que «si hubiera un estallido ahora, sería por el tema de la seguridad y probablemente con un signo político contrario», ya que «la gente siente que el gobierno no tiene la misma sensación de urgencia de crisis que ellos piden en seguridad».
Respecto al futuro y las próximas elecciones, el consultor sostuvo que «las fuerzas más consistentes son las que tienen que volver a ponerse de acuerdo. Si ese gobierno de centro derecha es un gobierno que busque el acuerdo con la centro izquierda no le quepa a usted la menor duda que podríamos construir un momento virtuoso». A su juicio, «los extremos no son parte de la solución».
Por último, Correa afirmó que deben existir acuerdos entre los sectores, pero aseguró que «hay un punto clave que es que el país crezca de nuevo. El crecimiento es el padre del consenso y el estancamiento es el padre del disenso y de la confrontación».
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