19 enero, 2018

Un Chile muy distinto es el que recibió la visita del Papa Francisco. No por nada han transcurrido más de tres décadas desde que Juan Pablo II pisara territorio chileno, en plena dictadura y con una Iglesia Católica que ejercía un rol indiscutido en defensa de las víctimas de violaciones a los derechos humanos por parte del Estado. Esta vez, el país puede mostrar al mundo una democracia consolidada, y es la institución de la Iglesia la que atraviesa complejos momentos por las acusaciones de abuso sexual a niños y niñas por parte de miembros del ministerio eclesiástico. El Papa Francisco no eludió el tema, pidió perdón y se reunió con algunas de las víctimas. No obstante, sus mensajes dejaron una estela de controversias, especialmente entre quienes quedaron decepcionados por el decidido respaldo papal al cuestionado Obispo Barros, de Osorno.

​

Y mientras los medios fueron prácticamente monopolizados por esta visita, otros temas importantes en la agenda pública quedaron relegados a un segundo plano. Aún cuando Chile se apronta a un cambio de Gobierno que conlleva, además, un cambio en la tendencia política de las futuras autoridades, la intensa agenda legislativa del Gobierno saliente, se anotó un punto con la aprobación del informe de la comisión mixta de la Cámara baja para al creación de una señal cultural de TVN, la cual forma parte del proyecto de capitalización del canal. Los 60 votos a favor resultaron un espaldarazo importante tras la controversia generada por la renuncia al directorio de TVN de los tres miembros representantes de la oposición. También fueron aprobadas las condiciones para alcanzar la gratuidad más allá de los seis primeros deciles en la Comisión de Educación del Senado.

​

Donde si hubo revuelo fue en el episodio generado por las declaraciones de Paul Romer, economista jefe del Banco Mundial respecto de un cambio metodológico aparentemente no debidamente informado a Chile en el estudio Doing Business, el que habría perjudicado la evaluación de nuestro país durante el primer gobierno de Bachelet y favorecido al gobierno de Piñera. Aún cuando Romer descartó luego una manipulación de datos con intencionalidad política en el hecho, Kristalina Giorgieva, CEO de la entidad, aseguró al actual Ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, que se efectuará una auditoría externa para investigar, así como el compromiso de consultas más profundas antes de realizar futuros cambios en los mecanismos de medición.

​

En paralelo, el Presidente electo, Sebastián Piñera, define su futuro Gabinete para un Gobierno que enfrentará a una sociedad pujante y demandante, y a un Parlamento complejo por su diversidad y nueva composición.

​

Clave1: EL CHILE QUE GOBERNARA SEBASTIAN PIÑERA: Por estos días, el electo Mandatario, Sebastián Piñera se encuentra abocado a la conformación del futuro Gabinete. Para ello cuenta, desde hace semanas, con largas listas de nombres que le han entregado las tiendas políticas que lo apoyan. Tarea nada fácil, pues no solo se trata de resistir las presiones de los partidos y no desvestir al Congreso y los municipios. Deberá, además, alcanzar una ecuación que logre ser representativa de las fuerzas y que, al mismo tiempo, de cuenta de un proyecto político cuyo objetivo trascienda el período de cuatro años. Las señales en tal sentido son relevantes y requieren de una comprensión profunda del Chile de hoy, el cual aun no ha sido posible de descifrar cabalmente ni por ganadores ni perdedores. No obstante, algunas claves pueden entregar orientaciones indispensables a considerar.

- La gobernabilidad es altamente valorada por el ciudadano de hoy, pues la sustentabilidad y la confianza en el futuro se generan en la capacidad de diálogo y de construir grandes acuerdos. Muy lejos de mirar a la sociedad chilena e intentar construir una propuesta de largo plazo, la futura oposición ni siquiera logra identificar cómo abordarán dicho rol para el próximo período. La profunda fracción del conglomerado, cuyo fin estaría decretado para marzo próximo, se ha hecho evidente en los intentos para la conformación de las testeras en el Parlamento, donde, aunque sea administrativamente, la Democracia Cristiana podría pactar con Chile Vamos, golpeada por la negativa del PS y el PC de apoyar al actual Presidente del Senado, Andrés Zaldívar, para dirigir el Comité de Asignaciones. Esta suerte de “reality” político de la centro-izquierda no hace otra cosa que alentar a la centro-derecha a construir las bases para un período de ocho años en el poder.

​

- Pero aquí no hay lecturas fáciles; si bien la alternativa electoral de la Democracia Cristiana sufrió una estrepitosa derrota, ello está lejos de significar que los chilenos se hallan derechizado. El acierto principal de la segunda vuelta de Sebastián Piñera fue ser capaz de hablarle a una clase media amplia, decepcionada de la ideologización generada en la actual Administración, y que aspira a un gobierno que genere las condiciones de crecimiento pero sin perder los derechos ya adquiridos.

- La centro-derecha está en el momento justo para liberarse de viejas ataduras. Y esto no solo se refiere a la identificación de algunos sectores con la dictadura militar y su defensa. El discurso de las libertades individuales que la centro-derecha plantea con tanta claridad en los temas económicos debiera ampliarse a otros ámbitos de la vida cotidiana de las personas. El ciudadano actual no desea que le digan cómo vivir. En tal sentido, la construcción de una derecha moderna y más liberal en los temas valóricos puede ser el gran legado de la gestión de Sebastián Piñera, posibilitando una mayor conexión con la realidad de los chilenos y, por ende, facilitando la continuidad del sector para otro período.

​

- Parece haber consenso entre diversos analistas respecto de que el Ministerio de Desarrollo Social debiera tener especial relevancia en la futura Administración de Sebastián Piñera, de forma que éste tema cruce verdaderamente todas las políticas públicas a implementar. La señal de quien lo encabece, así como su inclusión o no en el Comité Político darán cuenta de la real determinación del futuro Presidente en tal sentido.

Clave2: CONTROVERTIDO MENSAJE DEL PAPA: La visita papal a Chile fue descrita como un hecho historico. Sin embargo, Chile no escapa a la crisis mundial que sufre la institución religiosa. De acuerdo al informe “Las religiones en tiempos del Papa Francisco”, Chile perdió 17 puntos porcentuales de feligreses llegando a 57% y los agnóstcos aumentaron a 25%. La creciente deslegitimización de la iglesia Católica como referente y guía espiritual del pueblo chileno se profundiza de manera importante por los casos de abuso sexual de sacerdotes contra menores de edad y lo que ha sido considerado por sus críticos como la “pasividad y ocultamiento” de la curia ante estos hechos. No obstante, es evidente que la presencia del Papa concentró el interés de unos y otros, así como el intento por descifrar las claves de su mensaje en cada una de las actividades desarrolladas en suelo nacional.

​

El Sumo Pontífice aseguró, en su primer acto público en La Moneda, sentirse avergonzado por los abusos cometidos por ministros de la iglesia y pidió perdón. Luego, se reunió en privado con algunas de las victimas. El gesto fue valorado por todos los sectores. No obstante, la presencia del Obispo Barros, mano derecha de Karadima y señalado por algunas de sus víctimas como testigo y encubridor de los abusos de éste, en cada una de las homilías, generó gran controversia, que transmutó a decepción y enojo luego del apoyo explícito del Papa mientras no hubiera acusaciones concretas y pruebas que lo condenaran. La determinación del Santo Padre sorprendió a muchos, incluso a algunos de la orden Jesuita, como el Padre Fernando Montes, que habían sugerido “un paso al costado” de Barros para no enturbiar la visita papal. Por cierto, se esperaría que la Iglesia inicie un proceso de investigación para aclarar este caso. Pero, entretanto, es indudable que la máxima autoridad institucional ha decidido defender a uno de los suyos.