“La centroizquierda no existe”
Por Ignacio Imas, gerente asuntos públicos Imaginaccion
Ex – Ante / Columna de opinión
11 de junio 2024
El gerente de la consultora Imaginaccion, Ignacio Imas, tiene un pronóstico sombrío para la centroizquierda. “El PDC está a una elección parlamentaria de extinguirse”, dice. Sobre la derecha, comenta: “Matthei debe no solo desacoplarse de su partido sino de todo Chile Vamos, entre otras cosas porque su relato es de una candidata moderada, algo que no se ve en sus congresistas”.
-Según una encuesta de Imaginacción hay una percepción de polarización en la élite. ¿Este rasgo también está presente en la ciudadanía?
-Hemos leído y escuchado mucho que es nuestra élite la polarizada y no las personas, eso es una conjetura que nosotros no vemos tan clara. Las personas sí se dividen y polarizan fuertemente en torno a temas que marcan la agenda, como aborto, migración, seguridad y orden versus derechos humanos. Eso genera incentivos claros para que nuestra élite continúe polarizándose. Sin embargo, las personas siguen pidiéndole a sus políticos que dialoguen y lleguen a acuerdos.
-En las primarias votó un 6%, que justamente serían las personas que se identifican con la derecha o la izquierda. ¿Fue una elección polarizada, quizá alejada del sentido común mayoritario, que mira con distancia estas disputas?
-Tenemos mal conceptualizadas las primarias en Chile. Estas son mecanismos que el Estado le ofrece a los partidos para que logren disentir sus diferencias, y donde los ciudadanos somos invitados. Se presta la institucionalidad existente, que es el Servicio Electoral para aquello.
En voto voluntario siempre participará la ciudadanía más politizada, más aún cuando los partidos están en el suelo como ahora. En general la política está alejada en el mundo del sentido común, las personas tristemente están recluidas en lo privado y muchos se aprovechan de eso.
-¿Qué elementos rescatas como las principales conclusiones de los resultados de las primarias?
-La principal conclusión es que el pueblo avanza sin partidos. Fue extraordinaria la cantidad de independientes que participaron en ambos pactos; el partido independiente fue al que mejor le fue en las izquierdas y derechas. Esto es responsabilidad de todos.
Hemos hecho mucho para mirar a los partidos como grupos de personas que piensan en su propio bienestar y no el colectivo; que viven en su micromundo con escasa o nula representación, plagados de dinámicas internas que nadie entiende. No están dando respuestas a los problemas más evidentes como salud y pensiones, entonces ¿quién puede encontrar atractivos a personas con una etiqueta partidaria?
Esta mirada de desdén hacia los partidos se ha ido configurando porque los ciudadanos se han replegado a sus mundos como si las decisiones tomadas por nuestra elite política no influyeran en sus vidas. No desean involucrarse. Es una pulsión que se concretó cuando se eligieron a los convencionales en 2021. Porque una cosa es que hayan rechazado la propuesta, pero el menosprecio a los partidos sigue con buena salud.
-En la derecha, RN superó a la UDI, partido que quedó herido por derrotas emblemáticas como la de Lo Barnechea. Además, Rodolfo Carter acusó un juego sucio y ninguneo a su candidato Daniel Reyes. ¿Cómo ves el escenario para el gremialismo? ¿Afecta las pretensiones presidenciales de Evelyn Matthei?
-La UDI está atacada por dos flancos. El interno es su propia base militante, que no ve una conducción clara y que marque agenda, como en épocas anteriores y por eso se han vuelto nostálgicos. Otro flanco es el externo derivado justamente del interno. Vemos un Partido Republicano que marca pauta, tiene liderazgos fuertes, con un discurso claro. Entonces, las personas prefieren el original al sucedáneo.
Por eso Matthei debe no solo desacoplarse de su partido sino de todo Chile Vamos, entre otras cosas porque su relato es de una candidata moderada, algo que no se ve en sus congresistas. Tampoco ella puede transformarse en la lideresa de su coalición, ni menos hacerle la pega a la directiva de la UDI porque hay cada vez más autonomía de los parlamentarios: perderá el tiempo comprándose problemas ajenos. Eso está haciendo Carter quien, con La Florida y marcando fuerte en la Metropolitana, puede decir: “acá no está escrita toda la historia”.
-En el oficialismo, hubo mejores resultados para el Frente Amplio y el PC. ¿Socialismo democrático queda debilitado? ¿Hay cierta crisis de identidad en la centro izquierda al ser Gobierno y a la vez intentar marcar diferencias con Apruebo Dignidad?
-La centroizquierda no existe. Los partidos que dicen pertenecer a ese sector andan a los tumbos. El PS después de estar siguiendo el paso al Frente Amplio ahora se quiere desligar porque no ve ganancias ahí. El PDC está a una elección parlamentaria de extinguirse, y el resto administra lo que puede. Si es que aún quieren decir algo, deberán marcar diferencias concretas con el FA y PC, pero tampoco tienen una candidatura presidencial que marque algo y cause expectativas a sus bases y electorado.
-Matthei ha bajado ligeramente en las encuestas, mientras el oficialismo sigue sin tener un candidato firme. Bachelet en algunas mediciones sube un poco. ¿De qué manera esta orfandad de candidatos daña las posibilidades de la izquierda?
-Los candidatos del oficialismo tienen ese gran problema: no tienen con quién sacarse la foto. La presidenta Bachelet es respetada, pero dejó de ser un personaje político que sea de temer. Quienes la proclaman es porque añoran algo que ya fue. Además, miran al país del voto voluntario, no al del voto obligatorio como es ahora.
-En la encuesta de Imaginaccion, un 19 % apoya a Boric. ¿Es un mito que el Presidente tiene un tercio duro que no lo abandona?
-Nos dimos cuenta en la encuesta que el activo del Presidente es su figura y no su gestión, por eso hicimos el ejercicio de desacoplar ambos conceptos. Parece que esto lo saben en La Moneda y por eso el presidente sigue preocupado de lo discursivo, pero poco de concretar cosas. Llevamos casi dos años y medio y aún no hay una política pública que sea su legado.