Por Claudia Miralles, gerenta de Comunicación Estratégica Imaginaccion

La Segunda / Columna de opinión

30 de mayo 2024

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Por estos días se han conocido noticias sobre el lamentable estado en el cual el alcalde Jorge Sharp deja Valparaíso. Circula incluso un meme que recoge declaraciones del alcalde en las que compara Valparaíso con Bruselas y afirma: 'no tenemos nada que envidiarle'. Vergonzoso. Quienes hemos pasado por esa hermosa ciudad somos testigos del deterioro.

En este escenario, sería bueno preguntarse también qué ha pasado con el resto de las comunas de la región. El estado de abandono es superlativo. ¿En qué se expresa? En el ámbito del desarrollo de grandes proyectos de inversión, en el rechazo a lo menos de cinco proyectos icónicos en los últimos años: puerto de Valparaíso, dos malls, la demolición del Hotel Punta Piqueros, el Parque Pumpin. Suma y sigue. Una región abandonada de cordillera a mar; de norte a sur.

Los puertos no están mejor: un informe de Naciones Unidas calificó a San Antonio como el principal puerto de salida de cocaína sudamericana hacia EE. UU. y Europa. San Antonio tiene más de 200 hectáreas del acceso norte ocupadas ilegalmente con un mega campamento que ha sido imposible desalojar en años. Los alcaldes de Zapallar, La Ligua y Papudo han denunciado que en la zona de Petorca las tomas de terreno están vinculadas al narco.

En este contexto de dificultades para gestionar y apoyar proyectos legales y trabajo decente, surge la desesperanza y el juicio de opinión pública de que la región ha sido abandonada a su suerte, mientras las autoridades intentan explicar lo inexplicable. Habría que preguntarse cuál ha sido la contribución del gobernador y la delegada presidencial en la promoción de inversiones, empleo, proyectos y desarrollo que repongan a la región en el sitial que merece como sede del Poder Legislativo, de dos grandes puertos y de una ciudad que fue en su época un orgullo como Patrimonio de la Humanidad. En que los ciudadanos claman por empleo y mejor calidad de vida.

Proyectos emblemáticos frenados, avance imparable del narcotráfico y del crimen organizado, tomas violentas y un alza en la tasa de delitos de alta connotación, que la sitúan como una de las regiones con mayor índice de victimización.

A pocos meses de la elección de alcaldes de gobernadores, es posible afirmar que la región se entrega arruinada. De cordillera a mar y de norte a sur.