Análisis de la encuesta CEP
Enrique Correa Ríos
Presidente Imaginaccion Consultores
8 de octubre 2024
La reciente encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) ha puesto de manifiesto verdades inquietantes sobre la realidad chilena. En un país donde la seguridad se ha convertido en la preocupación principal, es interesante observar que la crisis de seguridad se asocia más al narcotráfico que a la migración. Mientras tanto, las pensiones siguen siendo una demanda social que prevalece, a diferencia de otras, algunas de ellas demandas originales del Frente Amplio, que parecen haber pedido peso en la agenda pública.
La situación del país es delicada. Existe un consenso cada vez más amplio de que las cosas han cambiado para peor, desafiando la narrativa oficial del gobierno que sostiene que estamos mejor. El estallido social de 2019 es apreciado cono un evento negativo y destructivo. Sin embargo, en medio de esta preocupación colectiva, los chilenos no reflejan un sentimiento de malestar por su vida cotidiana ni sienten un pánico agudo por su futuro personal. Se revela un contraste entre la realidad individual de cada cual y la opinión más bien negativa sobre el futuro del país.
El panorama para la centroizquierda es desalentador, pero la derecha debe estar alerta. Es posible que pierda la mejor oportunidad de su historia. Las cosas no parecen favorables para el gobierno actual, este cuenta con un “tercio duro” de apoyo que le proporciona estabilidad, pero que no garantiza el éxito en una eventual sucesión.
Las preferencias políticas se concentran en grandes figuras como Evelyn Matthei y Michelle Bachelet, sorprendiendo la aparición en los primeros lugares de Tomás Vodanovic, el alcalde de izquierda que ha propuesto medidas controversiales, como el despliegue militar en las calles. Este contexto es revelador: los chilenos se han vuelto más creyentes, no solo en la religión, sino también en visiones esotéricas y energías de la naturaleza, reflejando un país que, en su aparente decadencia, busca nuevas formas de conexión y sentido ante el estancamiento del progreso. En este escenario, la necesidad de seguridad ha comenzado a primar sobre la libertad, aunque la sociedad parece no estar dispuesta a premiar a los extremos.
Un punto crucial que se debe considerar es la naturaleza del actual gobierno, que se ha perfilado como un gobierno de clase media y ha perdido la conexión con los sectores más vulnerables que en su momento fortalecieron a la Concertación. A pesar del carácter presidencialista del régimen, es notorio que la aprobación del Presidente Gabriel Boric se mantiene estable, en contraste con un gobierno que, personificado en la ministra Carolina Tohá, está sujeto a los altibajos de las coyunturas políticas.
Finalmente, es necesario señalar que la economía, aunque estancada, se mantiene firme. Esto ha permitido que el Ministro de Hacienda Mario Marcel continúe recibiendo un reconocimiento positivo. Este aspecto es crucial, no solo como un baluarte hacia la estabilidad, sino también como un reflejo de cómo la gestión económica sigue siendo un punto fuerte en medio de las turbulencias sociales y políticas.
En resumen, la realidad chilena es un cuadro complejo, donde la incertidumbre sobre el futuro y las demandas insatisfechas conviven con una estabilidad económica frágil. A medida que nos adentramos en un nuevo ciclo político, es esencial escuchar las preocupaciones de la ciudadanía y encontrar un camino que no solo atienda las inquietudes inmediatas, sino que también ofrezca esperanza y un verdadero sentido de progreso.
Enrique Correa Ríos.